Entre ellos dos existía una relación más adictiva que la cocaína.
A veces se veían continuamente y tenían la sensación de ser algo más que nada.
Otras veces, podían pasar días, semanas e incluso meses entre encuentro y encuentro.
De la misma manera en que los alcohólicos y los cocainómanos vuelven a caer en el vicio después de un largo período de abstinencia, ellos siempre terminaban pidiendo más y más cada vez que se veían... Aunque solo fuese durante unos minutos
en los que con una mirada se lo llegaban a decir todo.
PRECIOSO !!
ResponderEliminarBuen blog!
ResponderEliminarTe sigo! ;)
En una palabra ;
ResponderEliminarpeculiar.
Me gusta (:
PRECIOSO.
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