Seguidores

sábado, 8 de enero de 2011

Mis sentidos siguen intactos o eso quiero creer. Mi nombre dejó de ser un misterio para tu boca. De acuerdo, que quizá me haya dejado la piel llegando hasta ti. Me haya dejado la voz, las lágrimas, y cientos de caricias que me regalaban por mi cara bonita. Y quiero creer que todo este camino ha valido la pena, y que aunque haya pasado todo eso mis sentidos siguen intactos, sigo siendo capaz de sentirme. Me sube por el cuello un escalofrío cuando pienso que llevo dos días sin verte, sólo dos días y ya tengo miedo. He aprendido a andar sobre la marcha, a entenderte cuando cualquiera no lo haría. A tampoco poner condiciones, y que vengas y te vayas sin porqués, una y otra vez. No puedo quejarme, no me has prometido nada nunca. Que vengan los domingos a las tres y hasta mis ganas de verte un rato sin querer acostumbrarme.



Hay un hilo que ata cosas aparentemente lejanas. Algunos lo llaman coincidencia, pero es un hilo invisible. La canción que llega a algunos de ustedes, es un hilo invisible.

Switchfoot - I dare you to move

1 comentario:

  1. A mi me ocurre lo mismo que a ti, y es cierto que terminas acostumbrándote a que venga y se vaya cuando quiera, pero eso poco a poco va haciéndote dependiente de esa persona y tarde o temprano vas a pasar de echarle de menos para empezar a necesitarle y no vas a poder aguantarlo, o al menos eso me ocurre a mi...
    Me gusta mucho tu blog, te sigo!:)
    pasate por el mio a ver qué opinas!
    un saludo

    ResponderEliminar