Hacía relativamente poco que nos conocíamos. Poco para los que creen que sólo se puede confiar en alguien con un mínimo de un mes, o por el estilo, y mucho para los que creen que en una sola noche puedes conocer bien a una persona. Pero era fácil sentirle, era fácil creer en aquellos ojos y aquellos hoyuelos que se formaban con cada una de sus sonrisas. No suele pasarme muchas veces, o casi nunca, pero cuando me dijo su nombre no pude quitármelo de la cabeza en días. Con lo difícil que era que alguien consiguiera ganarme y más aún en pocos días, pero así fue, lo hizo y me dejé. Si es por recordar un día, no puede importarme menos explicarlo. 
Yo con mi locura romántica, tu con tu inocencia y tu falta de escrúpulos.